jueves, 24 de diciembre de 2015

TITULAR

me pregunta usted
seguramente con
toda la entera mejor intención
del mundo
que si yo
pobre mortal que su morada mora
pobre infeliz que la felicidad ansía
pobre pecador que en su pecado hipoteca
que si yo soy el titular de la línea
y yo
sí yo
hoy yo
voy yo
a contalla a vos
fermosa mujer
que mi siesta perturba
la turbia relación que mantengo
con mi línea que es una relación
que me turba y que aún más
me más turba
hasta el punto de ya ni ver
ni un punto
no lo ciego
que siempre hay un punto ciego
y yo cada día estoy más ciego
por culpa de esta relación

¿Qué si soy yo titular?
le contaré desde el principio:
érase un muchacho jovencísimo
hace tanto tanto tantísimo
que no tenía teléfono titular:
era mi teléfono supletorio:
aquel muchacho era yo

diría que yo era un muchacho simpático
algo errático en sus hábitos
de físico algo estrambótico
por lo lárgico de mis piérnicas y brácicos
-ya por entonces era ático-
y de róstrico por el acne granático
en alquel tiémpico no éxistia
el teléfono inalámbrico

algún ocioso
algún demonio
alguna bestia asaz malencarada
tal vez un follón un malandrín
o una bruja en verdad muy mala
invento ese aparato del demonio
que permite estar siempre encadenado
a la novia al marido al jefe al trabajo
al ocioso demonio bestia asaz malencarada
follón malandrín a las brujas malas
que no hacen más que mandar tin tin tin
fotos de ellas mismas en enaguas
en poses lujuriosas
en bragas
-la que lleva bragas-
en tangas de leopardo
o incluso travestidas de monjas enfermeras
cuando no directamente
travestido cada cual a su manera

¿qué si soy el titular?
¿y qué otra opción me queda?
pues bien lo sabe vos
que si no lo fuera
no contestaría esta llamada
a la hora de la siesta

¿Qué si soy el titular?
¡y aunque no quiera!
pues ya me llamó usted ayer anteayer
el anterior el día previo y más atrás
y así día tras día
desde hace semanas meses
a lo largo de todo el horario de oficina
de nueve en la mañana a siete de la tarde
me ha llamado usted
insistente persistente impenitente
con su voz potente
como si tuviéramos cuentas pendientes
y yo digo: detente firmemos una entente
pero es patente que usted no consiente
que devuelve la queja al remitente
que se me mete en el subconsciente
que me deja inapetente incontinente descontente
en verdad que en lo suyo es usted muy competente

¿Que si soy el titular?
y yo qué sé
no lo sé
la pregunta ya tal

¿Que si soy el titular?
¿y quién soy yo?
¿y usted qué tal?

¿Qué si soy el titular?
pues tal vez si o tal vez no
tal vez a la vez las dos
tienen su parte de verdad

¿Qué si soy el titular?
perdone, viene mi esposa
tengo que colgar 
hasta mañana
cuídese
le quiero
un beso muy muy fuerte

adiós

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